La rodilla es una articulación compleja sometida a un considerable desgaste, especialmente en personas con una biomecánica incorrecta en la cadera o el tobillo. Desafortunadamente la rodilla es la articulación que a menudo se ve indirectamente afectada por lo que, en estos casos, tenemos que hacer frente a los síntomas de dolor en la propia articulación a la vez de lidiar con las consecuentes alteraciones en el patrón de la marcha.
Cuando una rodilla se lesiona, el traumatólogo deberá estudiar el caso, hacer las pruebas correspondientes, mandar el tratamiento con medicación y en caso de necesidad rehabilitación por el fisioterapeuta.
Por lo general el primer tratamiento debe ser el reposo y combatir el dolor y la inflamación. Una vez controlado el dolor se puede iniciar un programa general de Pilates que apenas afecte a la rodilla, pero que le ayude a reiniciar su movimiento. Ese movimiento será́ cada vez más amplio, hasta conseguir un rango funcional que le permita realizar la mayoría de los movimientos cotidianos. Al mismo tiempo se debe activar la musculatura que mueve la rodilla para que trabaje y a la vez pueda flexibilizarse. Los ejercicios de fuerza se introducen en diferentes momentos, pero siempre siguen el orden de isométricos, concéntricos y, finalmente, excéntricos. Una vez la rodilla vuelve a estar en forma es el momento de integrar el movimiento en gestos más complejos para garantizar la “normalidad” en su funcionamiento.
Durante el proceso de recuperación en los ejercicios de Pilates hay que tener un cuidado exquisito para hacerlos sin perder el alineamiento correcto, sobre todo, cuando se inician cargas sobre el miembro inferior (cadena cerrada).
La capacitación propioceptiva y cenestésica se incorpora muy pronto, pero siempre en el rango de movimiento protegido. Además de los diferentes repertorios propioceptivos también se introduce el control del equilibrio cuando se puede asumir la carga.
Los patrones de ejercicio en la recuperación de la rodilla con el método Pilates pueden clasificarse en:
- Mejora de la movilidad mediante la movilización activa y asistida y estiramientos musculares.
- Fortalecimiento isométrico, concéntrico y excéntrico.
- Propiocepción y equilibrio.
- Alineamiento dinámico en cadena cerrada.
- Integración del movimiento.
Existen otros aspectos que a su vez habrá que tener en cuenta a la hora de realizar la planificación de ejercicio como la posible tensión en cuello y hombros debido a la anterior utilización de muletas, así como la sobrecarga a la que es sometida la pierna no lesionada.
Pilates cada vez es más utilizado por especialistas (instructores de Pilates) en todo el mundo para tratar y recuperar lesiones, aunque y lo más importante, no debemos acordarnos solamente del método una vez que tenemos un problema, ir con regularidad a clases de Pilates es la mejor manera de evitar y prevenir todo tipo de lesiones.