No nos cansamos de escuchar que la práctica del método Pilates proporciona una serie de beneficios como puede ser un aumento de la flexibilidad, mayor tonificación muscular, mejora de nuestra concentración, nuestra alineación postural, que nos proporciona un aporte de vitalidad… ¡esto ya lo sabemos!, poco o nada se habla de una de las quejas más generalizadas por los iniciados en Pilates, y es que…
“Roma no fue construida en una hora. Por lo que paciencia y persistencia son cualidades imprescindibles en el logro de cualquier esfuerzo que merezca la pena”, Joseph Pilates .
El dolor de cuello o dolor cervical es una de las causas principales por las cuales un iniciado en el método Pilates deja o se desanima en su práctica, la práctica del Pilates no se relaciona con este tipo de dolencia o molestia, y es que; ¿Pilates genera este tipo de dolencias?, ¿qué es lo que pasa?, ¿estamos haciendo algo mal a la hora de enseñar el método?.
La causa del dolor de cuello no suele deberse a un cuello débil, si no a una sobrecarga, a la hora de desarrollar los ejercicios de Pilates cuando los músculos implicados en estos ellos y no se activan correctamente, cuello y hombros asumen su trabajo y se sobrecargan.
La culpa de esta sobrecarga viene principalmente motivada por la necesidad de desarrollar unos abdominales, un suelo pélvico y unos extensores de la columna fuertes, además, de trabajar una correcta alienación postural.
La solución para evitar estos dolores en la iniciación esta bastante clara, los principiantes no logran el control, ni la fuerza requeridos para la realización de algunos ejercicios, por lo que, adaptar o reprogramar alguno de estos ejercicios si se presentan estos dolencias parece básico.
“Chest lift, Hundred, Roll Up…”, son ejercicios que realizamos con la cabeza alzada y la espalda acostada, esto supone que debemos de tener unos abdominales fuertes y trabajados para asumir el peso de nuestra cabeza y desarrollar los ejercicios.
Si los músculos abdominales no están lo suficientemente desarrollados, se tensan los del cuello y asumen un trabajo mayor del que son capaces de alcanzar, por este motivo se causan las dolencias de las que estamos hablando, pero, ¿cómo podemos dar solución a este problema?.
•Debemos desarrollar la zona central del cuerpo o “core”, de este modo, cuando se tenga que desarrollar una contracción cervical, los abdominales asumirán primordialmente la fuerza y el trabajo del cuello se limitará al necesario, sin asumir sobrecargas.
•Otra solución nos la brinda el aprendizaje y la concienciación corporal, la tensión de cuello y de hombros es crónica, sin ser conscientes sobrecargamos esta parte del cuerpo de manera insistente, aún cuando no los necesitamos, la solución en ocasiones es tan sencilla como informar e ir trabajando con nuestros alumnos su propia conciencia corporal, para que sean conscientes del problema y ellos mismos vayan reeducando su cuerpo.
•Mejorar los ejercicios, mantener la cabeza alzada únicamente el tiempo que el ejercicio lo demande, antes de elevar la cabeza activar los abdominales, si durante el ejercicio de Pilates tus músculos se tensan, puedes en un primer momento sujetarte la cabeza con las manos, o empezar a ser consciente de esta tensión y activar tus abdominales para proseguir.
Una de los principios del método Pilates es crear un centro fuerte para mejorar nuestra alineación corporal y la estabilidad de nuestro tronco, Pilates es una de las mejores actividades para potenciar este desarrollo, esto no quiere decir que por el camino no surjan dificultades que debemos de saber subsanar con los monitores más cualificados y profesionales.